por DANIEL GIGENA (Diario La Nación)
Leer
suele ser un hábito solitario, pero se multiplican emprendimientos decididos a
demostrar lo contrario
Al parecer, llegó la hora de los clubes de libros
en la Argentina. Debido en parte a la multiplicación de editoriales
independientes o alternativas, los responsables de los primeros clubes (Sur de
Babel y Escape a Plutón) seleccionaban títulos atractivos de los catálogos de
esos sellos, compraban una determinada cantidad de ejemplares y se encargaban
del envío de los libros a distintas localidades del país, allí donde hubiera
lectores interesados. La concentración de librerías en las grandes ciudades y
los déficits en la distribución de esos catálogos en las provincias los beneficiaron.
Al mismo tiempo, se crearon contenidos específicos en la Red, donde los
lectores podían informarse sobre libros y lecturas. Esa dinámica se sostiene
aún hoy, aunque habría que señalar que los libros elegidos son, en su mayoría,
de editoriales con sede en la ciudad de Buenos Aires (como si el único camino
posible de los libros fuera de una sola mano).
"En 2012, cuando empecé con Escape a Plutón,
buscaba federalizar el acceso a determinados libros, difíciles de conseguir
fuera del circuito de librerías de Capital Federal, y también diagramar un
espacio de recomendación y curaduría que hiciera un recorte sobre la gran
cantidad de títulos publicados y la dinámica de inundación de novedades, que es
la norma de las grandes editoriales", dice Martín Jali. En el último
tiempo, a la manera de Netflix y gracias a los algoritmos, desde varias
plataformas de venta de libros se recomienda a los usuarios otros títulos a
partir de sus lecturas previas. "Ante este escenario, es esencial la
figura del curador y la recomendación de libros por fuera de los patrones
previos de consumo y el radar que en muchos casos está perfilado por la
publicidad y los sistemas tecnológicos", agrega. Los 140 socios de Escape
a Plutón, además de recibir los ejemplares, acceden a otros beneficios:
descuentos en la editorial del mes, acceso gratuito a una selección de ebooks,
obsequio de bienvenida, invitaciones a la Feria del libro e incluso una playlist para
acompañar la lectura. El costo aproximado ronda los 1100 pesos ( www.escapeapluton.com.ar).
Bukku funciona como una suscripción
literaria mensual. "Cada mes enviamos a nuestros suscriptores una caja con
el libro elegido, un señalador, una playlist seleccionada por la autora o el autor para
acompañar la lectura y un regalo sorpresa -dice Ana Brandstadter-. Elegimos
objetos creados por diseñadores argentinos y relacionados con la lectura".
Para los que viven en Capital, el costo mensual es de 650 pesos; los lectores
de ciudades como San Miguel de Tucumán, Mendoza, Córdoba, Mar del Plata y
Rosario deben abonar cien pesos más. La intención de Brandstadter era generar
su propio proyecto literario. "Me entusiasmó la idea de la suscripción
mensual; satisfacía mis ganas de trabajar con libros y al mismo tiempo me
permitía colaborar en la difusión de autores argentinos contemporáneos
publicados por editoriales independientes". Entre otros, se eligieron
novelas de Adriana Riva y Virginia Cosin. Con 1500 suscriptores, Bukku supera
la tirada promedio de títulos de un escritor argentino en editoriales grandes y
medianas. "Se genera algo muy interesante, ya que esas personas de todo el
país leen el mismo libro al mismo tiempo. Nuestro Instagram ( @bukku.libros.ar)
funciona como punto de encuentro para intercambiar opiniones sobre el libro del
mes, y poder conocer mejor la editorial y a los autores".
Las editoriales apoyan esta nueva
forma de leer. Blatt & Ríos sostiene un club de lectores de suscripción
anual en que los socios abonan cuatro cuotas por año y a cambio reciben en la
puerta de su casa cuatro libros elegidos entre las novedades, más un regalo a
fin de año. Si bien la cuota de 2020 no está definida aún, la de 2019 fue de
450 pesos. "Sentimos que leer libros de una editorial es, entre otras
cosas, formar parte de un club de lectores, de una comunidad de lectura",
dice Mariano Blatt, coeditor con Damián Ríos. "Llegar a tu casa y
encontrar un sobre con un libro adentro es algo que nuestros socios disfrutan
mucho", agrega. ¿A qué lector no le pasaría lo mismo? Al ser consultados,
los representantes de Riverside (que distribuyen, entre otros, libros de
Anagrama y Edhasa) encuentran cierto parecido entre los clubes de libros y los
de vinos y quesos. "La lectura es un placer epicúreo ciento por
ciento", afirma Roxana Bavaro, jefa de prensa del grupo. "Esta nueva
manera de acercarse a los lectores amplía nuestro público y nos ayuda a generar
que distintos títulos, gracias al boca a boca, puedan destacarse sobre el vasto
mercado editorial".
El club de lectura Carbono, ideado
por Sebastián Lidijover en 2019, es gratuito, y cada lector debe conseguirse el
libro por su cuenta. "Funciona a través de mails -indica Lidijover-. Elijo
un libro por mes de alguna de las cuatro editoriales independientes que forman
Carbono (Godot, Gourmet Musical, Sigilo y Leteo) y cada domingo envío un mail
que acompaña la lectura. No son análisis de la trama, sino disparadores para
pensar por qué funciona aquello que leemos. Además suelo hacer conexiones con
otras lecturas". Hasta hoy, los carbónicos leyeron tres novelas, un ensayo
de música y un libro de cuentos. En febrero se lee Los sorrentinos, elogiada novela de Virginia
Higa. Para participar de esta ida y vuelta epistolar, hay que suscribirse
en club@carbonolibros.com.ar. "Pero no todo queda en el
mail, tenemos las redes sociales, que permiten cierta interacción entre los
miembros del club y entre lectores y autores".
Como dice el plutoniano Jali,
"las redes brindan visibilidad y permiten compartir aquello que está
sucediendo y que mucha gente desconoce". A partir de recomendaciones de
libros en Instagram nació La Gente Anda Leyendo ( @lagenteandaleyendo), club de lecturas capitaneado
por Maru Drozd y Gonzalo Heredia. Al comienzo, Drozd incluía videos de un
minuto en los que varios lectores contaban qué leían. Después, con Heredia creó
un canal de YouTube, con entrevistas a escritores como Fabián Casas, Leo Oyola
y Vera Giaconi. Este año organizarán eventos "en vivo" con autores y,
en abril, se lanzará un club de lecturas feministas.
Editora y maestra de editores,
Trini Vergara creó el club Mujeres que Leen. "Las más de 5000 mujeres que
leen y escriben reseñas de libros a gusto y las comparten en nuestro sitio web
( www.mujeresqueleen.com) reciben una caja mensual con un
libro [elegido de un menú de cuatro], al costo promedio de librería, pero con
envío incluido", cuenta Vergara. Además, participan de los encuentros
"Coffee & Books" que se realizan cada dos meses en una
librería de Palermo. "En esas reuniones no se habla de Macri ni de
Alberto, ni de laburos ni parientes, y surgen las historias preferidas, las
raras costumbres, los prejuicios y también ciertas tajantes condiciones de
lectura". Para algunas lectoras, es necesario que el libro "chorree
sangre"; para otras, que sea una vía de escape de la realidad. El próximo
encuentro de este club femenino será apto para todo público y tendrá lugar en
la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, donde las mujeres que leen
entrevistarán a Mariana Enriquez, premio Herralde de Novela 2019.
Aunque la cantidad de socios de
clubes de lectura argentinos no se puede comparar con la de Estados Unidos o
Brasil, es imposible negar que aquí existe variedad. En abril, Florencia Ure y
Santiago Llach presentarán en sociedad el club Pez Banana, que homenajea a J.
D. Salinger. El libro de ficción que recibirán los socios será una novedad
editorial. "Leemos las ficciones que van a salir en ese mes y elegimos
entre los dos la que más nos guste -resume Ure-. Lo acompañamos con una guía de
lectura y también vamos a escribir un newsletter comentando los
libros que más nos interesaron". Mientras trabajan en la página web de Pez
Banana, Ure y Llach, dos activos agentes del mundo literario y editorial, leen
y deciden a dúo. "La idea nació porque viven preguntándonos qué leer, algo
que también les pasa a los buenos libreros -acota Ure-. El libro del club será
siempre una novedad, salvo que algún mes los astros no se alineen y salgan
todos libros que no nos convenzan. En ese caso, recurriremos a alguno del mes
anterior". No solo participan de este proyecto las editoriales argentinas,
sino incluso las distribuidoras de libros importados. La suscripción mensual
tendrá un valor equivalente al precio promedio de los libros.
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