Las Bibliotecas Populares como ya se ha dicho anteriormente surgen hace 150
años de la mano del Presidente y Maestro Domingo Faustino Sarmiento y amparadas bajo la Ley
419 de 1870, que crea la COMISIÓN PROTECTORA DE BIBLIOTECAS POPULARES y que fue reemplazada por la Ley 23.351 en 1986, si bien el espíritu sarmientino queda salvado en la nueva norma.
La LEY 419 contemplaba la creación de las Bibliotecas Populares a través de la iniciativa
privada de los ciudadanos, pero debían ser supervisadas y asesoradas por el Estado
Nacional, para lo que establece la creación de la “Comisión Protectora de Bibliotecas
Populares”. Este sistema sigue vigente hoy día, aunque dicha comisión ha cambiado su
denominación a Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, conocida
como CONABIP, que ha ampliando sus funciones, que van desde la concesión de
subsidios para la ayuda en la financiación de las Bibliotecas a la programación del sistema bibliotecario en Argentina, actividades, gestión del catálogo colectivo (DIGIBEPE), etc.
Actualmente la CONABIP, es un
organismo dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, no obstante no todas las Bibliotecas están bajo la protección de la CONABP, ya que es
necesario cumplir los siguientes requisitos:
Establecerse por iniciativa de la comunidad en general, en localidades, zonas o
barrios carentes de los servicios de una biblioteca popular próxima.
Constituirse formalmente como asociación civil, con exclusividad para funcionar
como BIBLIOTECA POPULAR y con Personería Jurídica como tal.
Estar abierta en un horario no inferior a 20 (veinte) horas semanales, con acceso y
atención libre y gratuita a todo público, sin distinción alguna.
Exponer en su fachada un cartel con la DENOMINACION de la Biblioteca, su
carácter de BIBLIOTECA POPULAR y el HORARIO de atención al público.
Contar entre los asociados con un número determinado de personas de la
comunidad o barrio en el que funciona la biblioteca popular.
Contar con una sala adecuada destinada al uso específico de la Biblioteca
Popular, con acceso directo desde la calle.
Poseer un fondo bibliográfico básico y heterogéneo, de amplia temática, para
todas las edades.
Es casi imposible conocer el número de Bibliotecas populares que existen en Argentina
que no están bajo la protección de la CONABIP, puesto que al ser creadas y
gestionadas desde la iniciativa privada y no tener que cumplir requisito legal alguno,
no hay registro de esta actividad. El hecho de que algunas bibliotecas no estén bajo la
protección de la CONABIP, puede ser debido principalmente a los siguientes motivos:
a) Por decisión propia, para no estar sujetas a control alguno y tomar las decisiones del
funcionamiento de manera completamente autónoma. Por mantener la propiedad de
sus colecciones y de sus instalaciones y también por poder dedicarse principalmente a
las actividades sociales y culturales, que sus responsables consideren oportunas para: el sistema bibliotecario en Argentina
cubrir las necesidades de la comunidad, y así no tener que dedicar sus energías a las
actividades tradicionales de la Biblioteca, que son por las que deberían responder ante
la CONABIP. Evitando así el esfuerzo de realizar y justificar actividades o servicios poco
demandados por la comunidad que atienden.
b) Porque para muchas de ellas es muy complicado realizar los trámites para
constituirse en Asociación Civil, continuar con los trámites para el reconocimiento de la
CONABIP y cumplir con las obligaciones burocráticas y legales para el mantenimiento
de ese reconocimiento (presentar informes contables, balances, actas, estadísticas,
etc.). Esto es debido a que en algunos casos no cuentan con personal suficiente para
llevar a cabo esta tarea o en otros casos porque no tienen la experiencia suficiente en
asuntos de gestión y administración de Asociaciones civiles.
Las Bibliotecas Populares que se encuentran actualmente bajo protección de la
CONABIP son 2029 (CONABIP, 2011). Entendemos que esta cifra se corresponde con
las Bibliotecas “reconocidas” y “activas”, a las que habría que añadir las “activas
provisorias”, “suspendidas” y “suspendidas provisorias”.
Las Bibliotecas Populares han sido y son un distintivo de nuestro País, frente a un sistema muy poco desarrollado de bibliotecas públicas (dependientes del Estado, tanto nacional como provincial o municipal), la Argentina ha desarrollado este pensamiento, esa idea primigenia del Maestro sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento, la Biblioteca Popular como puente entre el vecino, y el libro, entre el lector y la lectura, entre la información y el usuario, son herramientas fundamentales junto con la escuela de la formación del lector autónomo, libre, con juicio crítico. Son parte de la sociedad en la que funcionan, son verdaderos lugares de reflexión, de participación ciudadana, tienen un rol social muy importante pues acompañan al vecino en la construcción de una Comunidad organizada, inteligente, activa y que gracias al tesoro de información y participación son un recurso para dar respuesta a las necesidades sociales, culturales, laborales que sufren nuestras Comunidades.
Por eso, decimos FELICIDADES CONABIP...., por otros 150 años más, seguimos siendo el mejor ejemplo del trabajo cooperativo y sincronizado entre la actividad privada ; BIBLIOTECA POPULAR y el ESTADO, entre lo público y lo privado para llegar a dar respuesta a los pedidos concretos de nuestras comunidades vecinales en su derecho humano de tener acceso a la información, a la cultura, a los libros en todas sus formas y soportes.