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martes, enero 07, 2020

Rol del bibliotecario según el pensamiento de GABRIELA MISTRAL




"No hay nada más fácil que amontonar libros: eso no cuesta más que enfilar ladrillos y hay gentes que ordenan sus volúmenes para la eternidad [...] ellos realmente matan cada obra que enclavan en sus anaqueles. Gracias a Dios existen también los bibliotecarios jóvenes o los viejos quemadores de su generación... Saben muy bien que el libro se hizo para circular, ambular [...]

 Guardianes vivos de muros vivos, estas gentes valen un tesoro [...] aquí como todas las cosas, la importancia está en el instrumento humano, más que en la estantería y en los sillones de lectura. Con trescientos volúmenes puede haber una biblioteca decorosa, si quien maneja los libros es un hombre que humaniza su oficio".

“para esto no sirve cualquier bachiller, sirven los escritores jóvenes que andan por ahí castigados, copiando oficios o estadísticas en las oficinas públicas”. Y continúa: “ésta es labor para un amante de libros, que aquí, como en toda cosa, el que ama conoce los caminos y con cordial vehemencia va despertando el amor de su criatura”

la biblioteca no es sino la institución que recoge la masa adolescente que la escuela entrega con una cultura incompleta, o que salen de los liceos con una instrucción no especializada, o que abandona la Universidad con una mente fatigada de especialidad y que recupera el goce del estudio en campos nuevos”
“La mayor parte de la América Latina acometió la empresa bibliotecaria dentro de una manera que llamaríamos suntuaria, o aristocrática, o mejor, urbanista. Se buscó servir a las ciudades en cuanto a núcleos del país. El estilo fue muy ibero, pero también europeo, y señalado por las marcas digitales de todo régimen colonial. Al llegar la era republicana, no se corrigió la fórmula, ensanchando aquel sistema de abrevadero único, como si la sed de leer que ardía en el pueblo emancipado no obligase a surcar el territorio entero de bibliotecas. Las ciudades pequeñas, y no digamos las aldeas nuestras, o bien poseen bibliotecas paupérrimas o viven rasas de libros, ayunas de esta alegría que es parte del disfrute mismo de vivir; ellas quedaron al margen de la honra de leer, la cual corre pareja con la de ser hombre y no zoología rasa”
Mistral, Gabriela. Sobre un Congreso Interamericano de Bibliotecarios.

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